Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.
Las Casas Antoni Rocamora, imponente conjunto residencial
Las Casas Antoni Rocamora, situadas casi al inicio del Passeig de Gràcia, muy cerca de la Plaça Catalunya, representan uno de los conjuntos residenciales más importantes y espectaculares del llamado Cuadrado de Oro del paseo barcelonés.
Construido entre 1914 y 1917 por los arquitectos Bassegoda, se trata de un complejo de tres edificios adyacentes unificados por una fachada de gran monumentalidad, que va desde el chaflán de la calle Casp hasta casi la Gran Via de les Corts Catalanes. Se le considera el conjunto arquitectónico privado más grande del Passeig de Gràcia y destaca además por su estilo neogótico con importantes detalles modernistas, como correspondía a la época, pero con un aire más afrancesado posiblemente debido a los años que Antoni Rocamora y Pujolà vivió en Francia, mientras se preparaba para heredar el negocio fabril de su padre y convertirlo en la industria jabonera más potente de España
La fachada de piedra ornamentada contiene profusos detalles neoplaterescos y repite la misma estructura de cinco tribunas coronadas por bóvedas peraltadas que superan la altura del propio tejado y que fueron decoradas con una especie de escamas de cerámica de tonos anaranjados que brillan y cambian de tonalidad según la luz del sol. Aunque quizás el elemento más destacable del conjunto sea el torreón situado en el vértice de la esquina con Casp, que rompe con la ordenación del conjunto, mostrándose como un mirador cónico de planta circular con pináculo que confiere a la edificación un aire de fortaleza medieval.
Hacia finales del siglo XIX, el propietario Antoni Rocamora llegó a expandir su emporio jabonero no sólo a toda España sino también hasta las Antillas coloniales; pero en lugar de continuar con su expansión industrial optó por la compra de solares en el Passeig de Gràcia, por aquel entonces terrenos agrícolas que servían como zona de ocio, almacenes y pequeños huertos. La política municipal de urbanización de estos solares lo llevó a ver la posibilidad de construir edificios residenciales donde instalar a su numerosa familia y al mismo tiempo obtener rentas por el alquiler del resto de plantas y de los bajos comerciales.
En la actualidad, la parte comercial está ocupada por importantes tiendas de moda así como por diversos negocios de restauración.
