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Casa Codina: alegría floral en el Passeig de Gràcia

La ubicación de Casa Codina no podía ser más privilegiada: justo al lado de La Pedrera. Quizás porque esta última acapara todas las miradas, no son muchos los transeúntes que reparan en el edificio vecino. Sin embargo, ahí se encuentra Casa Codina, una obra modernista de inspiración floral que acompaña nuestros paseos en Passeig de Gràcia aunque no estemos atentos del todo.
Este inmueble fue construido en el año 1898 por el arquitecto Antoni Rovira i Rabassa. También el contiguo lo fue, de ahí su excepcional parecido. Parece ser que el edificio de la izquierda fue un encargo de un familiar, quien le solicitó al arquitecto expresamente que diseñara una obra similar a Casa Codina.
Casa Codina presenta una fachada de diseño simétrico que destaca por sus grandiosos ventanales. Cada uno de ellos se acompaña de una barandilla de piedra con formas florales y vegetales que añade una enorme viveza al conjunto.

En este inmueble situado en el número 94 del Passeig de Gràcia de Barcelona se aprecian dos partes diferenciadas. El nivel inferior es de estética más sobria, dado que apenas incorpora ornamentación. No obstante, a medida que levantamos la vista, la decoración floral va haciendo presencia en un guiño claro al movimiento modernista. Así llegamos al balcón ubicado en el piso superior que emerge espontáneamente, pero con mucho sentido.
Casa Codina, hoy en día
Desde el año 2015 Casa Codina acoge la emblemática joyería Rabat. El edificio modernista llevaba un buen tiempo en obras hasta que se instaló en él el nuevo inquilino. La historia de la prestigiosa firma joyera arranca en la década de los 70 en Badalona. Este establecimiento de localización inmejorable ocupa cerca de 2.100 m2 en el emblemático inmueble de Antoni Rovira i Rabassa.

En cuanto al arquitecto de Casa Codina, su profesión no fue escogida por casualidad, ya que su padre Antoni Rovira i Trias también se dedicó a la arquitectura. Este, de hecho, es sobre todo conocido por urbanizar el Distrito del Ensanche de Barcelona a raíz de ganar un concurso municipal. Pero no fue esta su única obra, pues Antoni Rovira i Trias también diseñó varios mercados barceloneses, como el Mercat de Sant Antoni.
Siguiendo los pasos de su padre, Antoni Rovira i Rabassa concibió un inmueble que ha puesto su granito de arena para popularizar el Passeig de Grácia, epicentro de la arquitectura modernista en Barcelona.
