Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.
Casa Bonaventura Ferrer: el ‘palauet’ del Passeig de Gràcia
La Casa Bonaventura Ferrer es otro de los edificios modernistas que habitan en el Passeig de Gràcia. Hoy reconvertido en hotel de lujo, este inmueble data del año 1905, un momento en el que este destacado paseo de Barcelona se llenaba de edificios que competían por ser los más exuberantes. Aunque a priori puede que pase desapercibida, la Casa Bonaventura Ferrer es un tesoro escondido que se oculta tras una estrecha fachada de piedra.
Las cinco plantas de la antigua residencia de la familia Bonaventura Ferrer ocupan el número 113 del Passeig de Gràcia. Su construcción fue encargada al arquitecto modernista Pere Falqués i Urpí. Este ya tenía una dilatada experiencia en este ámbito, pues hasta la fecha había firmado diferentes obras en la ciudad condal, como la Torre de las Aguas del Besós o el Mercado del Clot.
La Casa Bonaventura Ferrer condensa en una misma obra bastante menos ostentosa que sus vecinas los principales elementos del estilo modernista. Un buen ejemplo es la conjunción de la piedra y el hierro, dos materiales que habitualmente se dan la mano en la arquitectura de esta época. En el caso de este inmueble, su carta de presentación es una fachada de piedra con una magnífica tribuna esculpida en este material también. Del mismo modo, destacan los balcones de hierro forjado, que agrega expresividad al conjunto.
El movimiento modernista buscaba continuamente inspiración en la naturaleza. En la Casa Bonaventura Ferrer este elemento es clave, tal y como refleja la ornamentación vegetal. El broche de oro a la fachada principal lo pone el detalle superior del inmueble, de carácter barroco.
Pero adentrémonos en las entrañas de este palacete. A pesar de haber sido restaurado, todavía conserva en el interior delicados trabajos de ebanistería, techos ornamentales y vidrieras. La exquisitez de su diseño le ha valido haber sido declarado en el año 1979 Patrimonio Histórico-Artístico de Barcelona.
Desde 2010, la Casa Bonaventura Ferrer acoge el Palauet Living Barcelona, un coqueto hotel que, como su nombre indica, ha sabido mantener la esencia de este palacete modernista que en nada tiene que envidiar a otros edificios del Passeig de Gràcia.
Más de un siglo después de su construcción, la Casa Bonaventura Ferrer es una parada obligatoria para todos aquellos interesados en la historia de la ciudad. Es una pieza más del puzle que sirve para comprender el apogeo que experimentó el Passeig de Gràcia, todavía a mediados del siglo XIX un simple camino polvoriento que comunicaba con el municipio de Gràcia. Edificaciones como el ‘palauet’ ayudan a entender el esplendor que vivió este paseo solo unos años después, convirtiéndose en objeto de deseo para la clase burguesa de Barcelona.
