Casa Lleó i Morera: la belleza del interior

Casa Lleó i Morera: la belleza del interior

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A pocos pasos del resto de joyas de la Manzana de la Discordia en el Passeig de Gràcia, la Casa de Lleó i Morera ha vuelto a mostrarse al visitante en su esplendor original tras de la última restauración realizada en 2008.  Salvo por la criticada ausencia de las ninfas de la planta baja, la última de las cuatro restauraciones de este magnífico edificio permite hoy a barceloneses y visitantes acercarse mejor a uno de los trabajos más significativos del gran arquitecto modernista, Lluís Domènech i Montaner.

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Construida entre 1902 y 1906 por encargo de la matriarca de la familia Lleó i Morera, doña Francesca Morera i Ortiz, se trata de una vivienda familiar que permaneció más de treinta años en manos de los herederos de la familia, lo cual influyó notablemente en la conservación de buena parte de su decorado interior, uno de los más apreciables y mejor conservados de la ciudad y donde participaron más de cuarenta artistas y maestros artesanos de la época, como el escultor Eusebi Arnau, el mosaiquista Mario Maragliano i el ebanista Gaspar Homar.

El interior de la casa no solo destaca por el refinamiento y la calidad del artesonado, esculturas, los mosaicos, pinturas, marcos, mobiliario y vitrales, sino por la equitativa distribución de todos estos detalles desde la planta principal hasta la última de las viviendas destinadas al alquiler, con la intención de dignificar y singularizar la edificación.

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Al estar situado en el chaflán que vincula el Passeig de Gràcia con la calle Consell de Cent, el solar tenía una estructura irregular que lo dividía en dos lados de distinta longitud, problema que Domènech i Montaner resolvió monumentalizando la esquina con una tribuna y balcones circulares y rematando su eje vertical hacia arriba, con un templete de piedra y una cupulina de mosaico. Además dotó a la planta baja de grandes ventanales arqueados y situó balconeras partidas por columnas en el resto de los pisos. Así, cada planta se compone de manera diferente y remata el conjunto con cresterías de pináculos de piedra muy ornamentadas. 

Tras su última restauración, la llamada planta noble de la casa se abrió al público en enero de 2014 para que los barceloneses y los visitantes de la ciudad condal tengan la oportunidad de dar su propio veredicto al dilema de la Manzana de la Discordia. Un detalle interesante: la Casa Lleó i Morera es la única de las tres que ganó el Concurso Anual de Edificios Artísticos del Ayuntamiento de Barcelona, edición 1906.

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