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Jardí dels Camps Elisis: más que un parque de atracciones
Hubo una época en la que en las inmediaciones del Passeig de Gràcia había un enorme parque de atracciones. Concretamente, estaba instalado en el Jardí dels Camps Elisis. En la actualidad, nada queda de ese jardín, tan solo una placa que reza Passatge dels Camps Elisis. No obstante, llegó a ser uno de los centros de ocio por excelencia en la Barcelona de mediados del siglo XIX.
El Jardí dels Camps Elisis se inauguró en el año 1853. Ocupaba una enorme extensión, cerca de 8 hectáreas. Su propietario era José de Salamanca, marqués de Salamanca a quien también se le debe la denominación del lujoso barrio homónimo, en Madrid. Este encargó al arquitecto catalán Josep Oriol Mestres la construcción de estos jardines. Estas obras estuvieron ligadas a la creación, asimismo, de un parque de atracciones que llegó a convertirse en el principal pasatiempo de la época para los barceloneses.
El parque de atracciones tenía todo lo que cualquier visitante pudiera esperar para un día de ocio en familia o con amigos. Disponía de un carrusel, varias montañas rusas, un laberinto, galerías de tiro, un restaurante, una laguna con barcas y hasta un salón de baile. Este último era uno de los espacios más destacados del parque de atracciones: el Salón de Verano. Tenía una capacidad para acoger a más de 500 parejas bailando y contaba con un escenario, especialmente pensado para los conciertos. No pasaba desapercibida la decoración de este lugar, atribuida al decorador Fèlix Cagé.
Otro de los espacios más simbólicos del Jardí dels Camps Elisis fue el teatro, el último sitio que quedó en pie después de que el parque de atracciones cerrara sus puertas. Unos años después acabaría reconvertido en el Teatro Lírico Sala Beethoven, cuya vida se prolongó hasta inicios del siglo XX. Durante su existencia, este teatro acogió algunas de las representaciones teatrales y obras más célebres. Por ejemplo, en él tuvo lugar el estreno de la ópera Carmen. También se representó La Dama de las Camelias o Tannhäuser, del compositor alemán Richard Wagner.
El Jardí dels Camps Elisis fue el primer parque con entrada de pago (2 reales). Los clientes más asiduos tenían la posibilidad de adquirir un bono anual a 25 pesetas, un precio no apto para todos los bolsillos.
La denominación de estos jardines parece haberse inspirado en la famosa Avenida de los Campos Elíseos de París. Sin embargo, no hay que olvidar que también es un término que procede de la mitología griega. Según esta, los Campos Elíseos representaban poco más o menos que el paraíso. En cualquier caso, sí que llegó a ser el mejor lugar de recreación y esparcimiento para los barceloneses en aquel momento.
Con los años y la construcción de jardines cercanos, el Jardí dels Camps Elisis entró en decadencia y echó el cierre en 1873. Hoy en día no queda rastro de este lugar. La espectacular transformación que experimentó el Passeig de Gràcia y aledaños erigiéndose como el epicentro modernista acabó con el primer parque de atracciones de Barcelona.